Mantener una piel hidratada y con las vitaminas que necesita, optimiza su funcionamiento en nuestro cuerpo.
¿Por qué hidratar y nutrir la piel?
Hidratar y nutrir la piel son dos condiciones imprescindibles si se quiere mantener una piel saludable, prevenir los signos del envejecimiento cutáneo, mantener y/o recuperar la elasticidad y la tersura y atenuar la presencia de arrugas.
Hidratación
La hidratación puede definirse como la devolución de agua a la piel, retención de agua dentro de la piel, eliminación de la sensación de piel seca y mejoramiento de la función de la barrera lipídica.
La hidratación de la piel determina su flexibilidad y tersura.
La integridad de la barrera lipídica favorece la humectación porque evita la pérdida excesiva de agua por evaporación contribuyendo a mantener un equilibro hídrico.
La hidratación de la piel determina su flexibilidad y tersura.
La integridad de la barrera lipídica favorece la humectación porque evita la pérdida excesiva de agua por evaporación contribuyendo a mantener un equilibro hídrico.
Nutrición
La nutrición de la piel requiere la presencia de vitaminas, oligoelementos y ácidos grasos esenciales por ser los responsables de mantener a las células en perfecto estado de salud.
El objetivo de la nutrición es:
1 - Obtener mayor elasticidad del colágeno.
2 - Mantener el equilibrio hídrico.
3 - Aumentar el caudal sanguíneo para favorecer la llegada del oxígeno y nutrientes.
4 - Aumentar la actividad de las glándulas sudoral y sebácea.
El objetivo de la nutrición es:
1 - Obtener mayor elasticidad del colágeno.
2 - Mantener el equilibrio hídrico.
3 - Aumentar el caudal sanguíneo para favorecer la llegada del oxígeno y nutrientes.
4 - Aumentar la actividad de las glándulas sudoral y sebácea.